Congestión nasal, tos, dificultad respiratoria y retracción costal, son parte de la sintomatología habitual en niños y lactantes.
El virus respiratorio sincicial (VRS) es el que más infecciones respiratorias ha causado este año en Chile a la población pediátrica. Incluso en este momento, es la principal causa de hospitalizaciones en menores de dos años en Calama. Los períodos críticos son entre mayo y comienzos de septiembre, pero se espera un peak de casos entre julio y agosto.
El VRS se contagia de persona a persona, por el contacto de partículas esparcidas al toser, estornudar, hablar, o también al tocar superficies contaminadas, en este caso: juguetes, mesas o cualquier otro objeto. Científicamente comprobado, que el virus sincicial puede llegar a sobrevivir hasta seis horas.
Síntomas frecuentes del VRS
• Congestión nasal
• Tos productiva y, en algunos casos, tos emetizante (muy intensa), que puede producir vómitos y dificultar la alimentación
• Fiebre
• Dificultad respiratoria variable
• Retracción costal (hundimiento de costillas)
• Silbido en el pecho
• Decaimiento e inapetencia
• Irritabilidad en los más pequeños
• Apnea, principalmente en prematuros o menores de un mes de vida
En relación con el cuadro clínico por VRS, en menores de tres meses, los síntomas comienzan a manifestarse entre dos a cinco días después de la exposición al virus, y se debe consultar en forma rápida a un médico de cabecera, en un consultorio o clínica privada, sobre todo si hay síntomas como congestión nasal asociada a tos y dificultad para alimentarse. No obstante, hay que considerar que el compromiso respiratorio, en los lactantes pequeños, puede progresar rápidamente, sobre todo en aquellos con antecedentes de prematuridad o cardiopatía, ellos deben asistir inmediatamente a Urgencias.
No todos los casos de niños con sincicial se hospitalizan, esto se da más frecuentemente en menores de un año con cuadro de bronquiolitis, caracterizado por insuficiencia respiratoria variable y silbido al pecho. Debemos señalar que el VRS, en una menor proporción de los casos, causa neumonía grave con posibilidad de producir secuelas y mortalidad, según lo mencionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).