Desde el valle de Chajnantor -5 mil metros de altura- en Toconao, las 66 antenas de ALMA hurgan entre galaxias y agujeros negros, pero la misión astronómica no solo tiene puesta la vista en el cielo, también mira a sus vecinos atacameños a través de un convenio de colaboración que apunta a mejorar su calidad de vida.
Sin ir más lejos, la cuenta que se entregó respecto a los resultados de esta alianza con la comunidad atacameña, tuvo lugar precisamente en una confortable sede que fue construida en el corazón de Toconao con fondos del convenio.
El 60 por ciento de los recursos se destina al área social. Lo confirma la reciente decisión del comité administrador en cuanto a respaldar el gran sueño de la comunidad del ayllu de Solor, tener su propia sede vecinal. Magda Ayala, Gobernadora Provincial (S), destacó la iniciativa: “Esto es un gran ejemplo de lo que puede la complementación de la organización social y la empresa privada”.
El convenio también ha llevado alivio al bolsillo de las familias, el proyecto “Nuestro pueblo con el sol se baña”, que se materializa en la instalación de calefactores termo solares en las viviendas y hace que “tengamos agüita calientita para ducharnos”, testimonió Virginia Cruz, adulto mayor, beneficiaria del proyecto.
Para el Intendente Regional, Arturo Molina, esta sociedad con ALMA es positiva para la comunidad y le da jerarquía a la región. “No solo somos capital mundial de la minería, la energía y el turismo. También nos pone a la vanguardia de la astronomía”.
Ralph Benneth, Coordinador de Relaciones Comunitarias de ALMA, tiene claro la envergadura del proyecto científico en las alturas de Chajnantor y en este contexto precisó que ALMA no tiene sentido de lucro.
Recordó que todo el andamiaje de este observatorio astronómico es posible por la interacción de varios países interesados en el desarrollo de la ciencia y se solventa con impuestos que pagan los ciudadanos de los estados miembros de ESO. En consecuencia, valoró la existencia de un comité que administra responsablemente cada peso del convenio.
El citado convenio entre las comunidades científica y atacameña tiene una duración de 50 años para facilitar la investigación en el valle de Chajnantor. Yermin Basques, presidente de la comunidad de Toconao tiene una mirada crítica respecto al tema, pero aclara que en modo alguno se oponen al trabajo científico, solo abogan por mayor participación en los proyectos desde el momento de su gestación.